Oficina de Investigación de Fenómenos Anómalos Aeroespaciales de la Fuerza Aerea Peruana
En la inauguración de actividades de la OIFAA, Oficina de Investigación de Fenómenos Anómalos Aeroespaciales, de la Fuerza Aerea Peruana -- Dirección de Intereses Aeroespaciales.
Lima, 1º de Noviembre, 2001
Fernando Fuenzalida Vollmar
El tema que nos convoca esta noche a reunirnos es uno de los más polemicos del siglo. El de los Objetos Voladores No Identificados o Fenómenos Anómalos Aeroespaciales.
Ambas formas de decirlo son expresiones de considerable ambigüedad. Han sido construidas de manera expresa para evadir la trampa de implicar una hipótesis cualquiera en el mismo termino empleado para su mencion.
En las ultimas decadas la mayor parte del esfuerzo ha sido orientado hacia la identificación. Esta ha sido lograda en la mayor parte de los casos. Sigue quedando, sin embargo, un residuo significativo que se muestra irreductible. Este se define como anomalía. Es decir como aquella clase de fenómeno que resultando inexplicable en los terminos de nuestra concepción vigente de las realidades naturales aparece como violatorio de esas leyes, como numinoso o como mágico y se convierte por lo tanto en materia prima para el mito, la leyenda y la especulación sin que por eso deje de mostrarse presente e irruptivo.
La Comisión cuyas actividades inaugura la Fuerza Aerea del Perú en el encuentro de esta noche sigue el ejemplo ilustre de Isaac Newton: no finge hipótesis ninguna, no presupone hipótesis alguna. Hipótesis --contradictorias en su mayoría-- se ha propuesto por millares en las décadas pasadas y ninguna de ellas ha conseguido demostrarse o desecharse por entero.
Parte, creación de estas Comisión, simplemente de la constatación repetida hasta la saciedad en estas mismas decadas por entidades militares y civiles del planeta entero de que los avistamientos, encuentros y contactos, las abducciones e implantes constituyen hechos reales y frecuentemente de carácter material y fisico atestiguados por un numero constantemente creciente de personas mentalmente sanas, responsables y veraces. La circunstancia de que no podamos explicarlas satisfactoriamente dentro de nuestros esquemas referenciales no hace otra cosa que dejar constancia de la debilidad de los recursos interpretativos que se han encontrado a nuestro alcance.
Algunos hechos resultan por lo menos indudables.
Bajo las condiciones de la guerra fria los fenómenos que definimos como anómalos se convirtieron en instrumentos y herramientas en el arsenal de la guerra psicológica y social. El monopolio informativo, el ocultamiento de los hechos, la desinformación, el fraude y el empleo de la temática del OVNI para el encubrimiento y la manipulación se convirtieron en la regla y añadieron confusión y opacidad a una problemática que ya era de por si oscura y confusa. El inevitable desentendimiento entre las agencias militares, las de inteligencia, el establecimiento academico y científico y la ciudadanía dio lugar a controversias y polemicas cada vez mas bizantinas que no hicieron sino añadir más confusión. El amarillaje de la prensa comercial, el milenarismo y la percepción numinosa y magica de la fenomenologia favorecieron la construcción de mitos, sectas y religiones a su amparo.
Estamos frente a uno de los más importantes y sorprendentes fenómenos socio-culturales en la historia de nuestra civilización. La emergencia de un mito y la irresistible gravitación del hecho hacia la esfera del imaginario de la epoca. En una circunstancia en que en un solo pais, como es el caso de los EEUU, existe ya un millon a dos de personas que declaran haber sido raptadas por extraterrestres y no menos de un once por ciento de la población que sostiene haber tenido contactos de alguna clase, al mismo tiempo que las mismas autoridades religiosas --la declaración del Vaticano antes de ayer-- se sienten obligadas a hacer conocida su opinión, los sectores responsables de la sociedad estan llamados a asumir el problema con la debida seriedad.
Las debilidades que nuestra incapacidad para dar cuenta adecuada de esta fenomenologia hacen manifiestas en el paradigma de la ciencia natural contemporánea que se encuentra ya en crisis declarada ubican a la cuestion de las anomalías en dentro del marco de un problema crucial en el proceso de revisión de nuestra imagen de la naturaleza, de sus leyes y de su relación con la experiencia y la cognicion humanas. Hemos pasado en el curso de este siglo de una ciencia estatica que creyo haber resuelto ya definitivamente todos los misterios a una nueva ciencia que reconoce con humildad cada es mas que es mas infinitamente extenso el campo de lo que todavía ignora y mas pequeño el campo de lo que reconoce ya como saber.
Desafíos como el que representan los fenómenos anómalos se estan revelando cada dia mas como un estimulo potente para una mas cuidadosa revisión de nuestros presupuestos epistemológicos, metodológicos y teóricos sobre la realidad y al mismo tiempo para la exploración imaginativa y creativa de nuevas alternativas tecnológicas que podran eventualmente en un futuro no lejano ofrecer las soluciones a los problemas que agobian y ponen en peligro hoy la supervivencia misma de la humanidad. La participación del establecimiento científico y de la academia en esta clase de exploraciones se ha convertido en estos años en un nuevo imperativo de la
modernizacion tecnológica y científica.
La materialidad y la realidad de los fenómenos vinculados con las anomalías y los OVNIs se han revelado en el curso de estas mismas décadas como un problema de seguridad y defensa del espacio aereo para las naciones, independientemente de cual sea su naturaleza o explicación finales. Informes de irrebatible seriedad emitidos por comisiones oficiales u oficiosas vinculadas a las Fuerzas Armadas de un numero creciente de paises han puesto en evidencia que desde los años de la Segunda Guerra Mundial el numero y la frecuencia de las interferencia provocadas por el acercamiento de estos ovnis a naves militares, comerciales y civiles en vuelo regular, asi como el de las interferencias producidas en las operaciones de aeropuertos y torres de control ha ido en constante aumento.
Se registra aquí no solamente la peligrosidad originada en la proximidad de la maniobra sino la paralización y perturbación de los sistemas electrónicos, magneticos y mecánicos, el desconcierto y desorientación del personal de vuelo y el panico de los pasajeros. Los informes registran tambien la operación de maniobras de carácter hostil no solamente contra aviones militares sino tambien sobre aeropuertos militares y civiles. En un número significativo de casos y resultado ha sido el de accidentes, heridas y lesiones. En otros --como el ya famoso de Bariloche-- la paralización de las actividades del aeropuerto por causa de la obstrucción de los aterrizajes --a mas de la ocurrencia de apagones de escala significativa-- en otros, todavía la desaparición de aviones militares. La existencia de esta clase de problemas coloca en el tablero cuestiones de importancia en lo que respecta a la soberania del espacio aereo de las naciones implicadas y la seguridad de los transportes aereos y de los aeropuertos. Se ha hecho ya llamados internacionales a las autoridades responsables para que se tome las medidas necesarias para reforzar la seguridad.
La Fuerza Aerea del Perú siguiendo los pasos de la fuerzas aereas de Chile, de Argentina, de Uruguay, del Brasil y de otros paises hermanos de la América del Sur, ha asumido esa responsabilidad al constituir ahora esta Comision de Investigación de Fenómenos Aereos Anomalos de la que me honro en formar parte en la condición de Asesor Científico.Inaugura para nuestro pais, en esta forma, una nueva era de transparencia y colaboración a este respecto con el establecimiento academico y científico, con la comunidad civil y con la opinión publica del pais.
Augurio y destino creativo y provechoso para nuestros intereses nacionales y continentales a partir de esta nueva forma de colaboración.
PERU 1951
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