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CUIDADO CON LOS UFOS
Han sido reconocidos como riesgo mayor para la aviación militar y civil
por Fernando Fuenzalida Vollmar
Los llamamos platillos voladores, aunque no siempre tengan la forma de platillos. La palabra fue popularizada por la prensa americana desde hace casi sesenta años cuando el piloto Kenneth Arnold se convirtió en protagonista de una espectacular persecución en el aire. Se les llama tambien UCTs o blancos no correlacionados, y también UFOs, OVNIs y NLOs según el idioma. Estas siglas significan objeto volador no identificado. Para algunos constituyen un misterio, para otros las avanzadas de una flota de invasión, para otros un equipo de rescate, para otros un milagro y una religión.
Son luces grandes o pequeñas que se muestran en el cielo o surgen del mar, de las lagunas o de los reservorios de agua, aparecen y desaparecen; se muestran indiferentes al radar y pueden o no ser registradas como objetos materiales; ascienden y descienden, hacen maniobras imposibles a velocidades imposibles, responden a las señales luminosas de quienes intentan comunicación; se fragmentan y vuelven a juntarse, persiguen o acompañan a los aviones o a las cápsulas espaciales y sobrevuelan bases militares, instalaciones nucleares y ciudades. Algunas como Washington, Los Angeles y México D:F. han sido objeto de exhibiciones espectaculares a cargo de escuadrillas enteras. A veces se reducen al tamaño de pequeñas bolas luminosas, entran y se pasean en el interior de las cabinas de aviones en vuelo, o descienden a tierra y persiguen a los testigos locales mostrando alguna clase de comportamiento consciente. No son identificables como astros, satélites o vehículos terrestres, ni con fenómeno alguno conocido. De ahí toman su nombre.
O son, vistos en mayor proximidad, alguna clase de vehículos de material opaco o transparente, a veces con marcas de reconocimiento en símbolos indescifrables, mostrando infinidad de formas y modelos, desde la forma discoidal con o sin alguna clase de torrecita transparente, con o sin ventanas, hasta las formas de cigarro, romboidales, triangulares, cónicas, cilíndricas, en forma de campana o de cabina, en forma de medusa con tentáculos o filamentos que les cuelgan, y otras mil. Pueden ser enormes, como la plataforma discoidal que declaran los chilenos haber fotografiado en órbita sobre la región de Antofagasta, medianas como transportes aereos con filas de ventanas o pequeñas - y también de tamaños que podríamos decir bi o unipersonales. Cuando toman contacto con tierra se dedican a una limitada variedad de actividades. Entre ellas la de tomar muestras de la vegetación y de la tierra local, y las de “abastecerse” de agua absorbida en reservorios y de energía que suelen extraer de las líneas de alta tensión. Se les atribuye el trazado de extrañas figuras geométricas que aparecen de la noche a la mañana en los sembríos y con el robo y mutilaciones de ganado y animales domésticos que suceden de manera misteriosa en las granjas de crianza. En estos casos se los asocia con helicópteros negros sin señales de identificación y no menos misteriosos que los OVNIs.
Aterrizan con cierta frecuencia -ostensiblemente, a veces, para hacer reparaciones en tierra-- y sus tripulantes se dejan ver o toman contacto con la gente. Sus tripulaciones parecen agotar todas las formas y tamaños que se pueda imaginar. El tipo más publicitado es el de los llamados grises. Se muestran en tamaño variado, piel grisacea con ojos desmesuradamente grandes y nariz y boca apenas esbozados, largos brazos y, en diversos informes con solo cuatro o con cinco dedos en las manos. Pero los hay también de otros aspectos: pigmeos y gigantes; uniformados o no uniformados; con o sin atuendos astronáuticos y escafandras o equipos de respiración; de colores que varían entre el gris y el verde pasando por los de la piel humana; humanoides con rasgos orientales o nórdicos que podrían pasar por terrícolas comunes y corrientes; robotoides, reptiloides, ameboides y, en algunos casos, como los de humanoides alados, semejantes a híbridos de fábula. Yetis, big-foots, chupacabras, aves rapaces de tamaño gigantesco y muchos otros animales imposibles aparecen asociados con ellos.
Su proximidad y la de sus vehículos supuestos suele interferir con las comunicaciones, paralizar o confundir los motores y los artefactos electrónicos produciendo toda clase de fenómenos eléctricos anómalos e inmovilizando a los vehículos aereos y terrestres, afectar el funcionamiento de relojes y producir alteraciones en la percepción y en la conciencia humana particularmente en lo que atañe a la experiencia del tiempo y el espacio. Sus apariciones se acompañan con verdaderas oleadas de manifestaciones parasíquicas. Un número creciente de seres humanos se queja de haber sido secuestrado por ellos y otros muchos declaran contactos. Pero ninguno de ellos ha sido capaz de dar pruebas y otros muchos dan muestras de memoria confusa.
Información contradictoria y confusa. Imposible o difícil de certificar, en los más de los casos, por razones diversas, a pesar de la enorme cantidad de personas que se declaran testigos y la masa increíble de filmaciones y fotos que se viene exhibiendo. El asunto se ha convertido en el Misterio Mayor del último siglo. La discusión y las pruebas, ninguna de las cuales parece ser concluyente hasta hoy, ha pasado por diversas etapas. La comprobación de si existen, si son artefactos; de no serlos si son ilusiones, manifestaciones plasmáticas o de origen electromagnético, de serlo si esos artefactos son de origen humano o extrahumano, o si no siendo de origen humano son de origen terrestre, o si proceden del mismo universo, tiempo y espacio que habitamos nosotros y -en cada momento-si constituyen peligro y motivo de alarma para las naciones y la población del planeta. Desde los años del 1940 han sido numerosas las comisiones gubernamentales creadas por el gobierno de Estados Unidos para la investigación del fenómeno y ahora sabemos que lo han sido tambien para el gobierno de la URSS, así como para otros gobiernos y aun para las Naciones Unidas. Ninguna de ellas ha llegado a conclusiones precisas. Más de una -según se comprueba-alteró la verdad en sus informes finales. Acusando de encubrimiento y conspiración a sus propios gobiernos, en ese mismo período, se han multiplicado de los grupos de investigación de tipo ONG sin que ninguno de ellos parezca haber alcanzado un mejor resultado.
Que el fenómeno existe parece estar, por fin demostrado. No parece, sin embargo, muy claro que en todos los casos la causa sea idéntica. Descartadas las ilusiones ópticas, la refracción atmosférica, la confusión perceptual y las alucinaciones privadas, queda todavía un residuo irreductible a toda razón. ¿ A qué atribuir el residuo?. Se propone hipótesis que cubren casi toda alternativa posible. Todas ellas en serio. Que son de origen extraterrestre; o que lo son de origen terrestre y que encubren experimentación militar; o que esa experimentación se produce en la Tierra y por cuenta de agencias ajenas a nuestros gobiernos: bases ocultas de la antigua SS mantenidas en forma secreta desde la IIa. Guerra Mundial; organizaciones secretas nacidas en el siglo pasado o en un pasado aun más remoto y que poseen tecnologías basadas en principios distintos; potencias intraterrestes que habitan en el hueco interior de la tierra y descienden -tal vez-de los antiguos hiperbóreos, lemures o atlantes o de colonizaciones antiguas de origen externo a la tierra; turistas o exploradores intergalácticos, intertemporales o interdimensionales; materialización y proyecciones sensibles de arquetipos del inconsciente colectivo asociadas la crisis civilizacional que tenemos en marcha; ángeles, duendes o demonios burlones y, last but not least, experimentación en recursos de guerra psicosocial y manipulaciones de masa conducidas por las grandes potencias...Todas estas hipótesis pueden ser y son combinadas de distintas maneras.
El problema es que, una vez eliminados los casos de fraude y manipulación de personas, gobiernos y medios de masa y aceptada la multiplicidad de causas posibles, queda todavía un residuo en el que toda hipótesis termina por ser inconsistente y contradecirse a sí misma. Las investigaciones recientes sobre los llamados “rayos esféricos”, sus comportamientos y sus relaciones con el electromagnetismo tectónico y su asociación con fracturas geológicas y regiones sísmicas, así como sobre las potencialidades para la alteración de estados de conciencia y percepción en las personas afectadas por sus influencias parece ser prometedora, pero ¿qué hacemos con las abundantes señales materiales que los OVNIs suelen dejar a su paso?.
La hipótesis extraterrestre muestra inconsistencias también. Si la tecnología extraterrestre ha sido capaz de atravesar los años luz que separan a las galaxias unas de otras, entonces ¿por qué parecen sufrir desperfectos que las obligan a aterrizar por reparaciones?, ¿por qué habrían de estrellarse con tanta frecuencia como en los casos de Roswell, Varguinha y muchísimos otros?. Si disponen de una tecnología tan avanzada como esa y son capaces de curar enfermedades solo con su “poder mental”, ¿por qué su práctica quirúrgica y médica se vale de un instrumental tan rudimentario como el que suelen describir los “secuestrados” en las regresiones hipnóticas?. Y en cuanto a la enorme variedad de tipos raciales, biológicos y físicos representados en los muchos encuentros ¿es posible que la tierra haya venido a convertirse en una especie de atracción turística intergaláctica y esté siendo visitada por naves procedentes de prácticamente toda esta galaxia y las galaxias vecinas?
Documentos revelados en tiempos recientes confirman la existencia de un verdadero desfase entre el nivel tecnológico alcanzado ya a comienzos de la Segunda Guerra Mundial y la información que hasta ahora se había hecho pública. En los hechos Alemania parece haberse encontrado ya hacia el 1940 mucho más avanzada de lo que se solía creer en materia de motores de reacción, manejo de proyectiles por control remoto e inclusive en la producción de varios modelos de vehículos aereos de forma discoidal capaces de volar a gran altura a velocidades sorprendentes para su época. Existe, también, suficiente evidencia de que los prototipos y sus creadores fueron repartidos entre las potencias vencedoras al terminar la guerra. Algunos, inclusive, fueron a parar a Argentina.
Aun más, como lo he mostrado ya en un libro publicado por mi, existe evidencias
de que los primeros modelos de avión discoidal datan pòr lo menos de fines del siglo XIX cuando fueron exhibidos en varias ferias internacionales. Han sido experimentados desde entonces por lo menos por diecinueve o veinte inventores alemanes, italianos, franceses, rusos, británicos, americanos y canadienses (Fuenzalida, Fernando: Tierra Baldía, la crisis del consenso secular y el milenarismo en la sociedad postmoderna, Australis, Lima 1995). Estas experimentaciones podrían explicar los foo-fighters de la Batalla de Inglaterra y la ola de cohetes fantasmas que sufrió escandinavia poco después de terminada la guerra. Ninguna de esas tecnologías, con todo, está en condición de dar cuenta de la casi sobrenatural velocidad y capacidad de maniobra que, ya desde los años del mil novecientos cuarenta, vienen exhibiendo los OVNIs. En cuanto a la supervivencia de bases SS equipadas con enteras escuadrillas de OVNIs ello excede la lógica y el sentido común. El número y la frecuencia de los avistamientos constituíría evidencia -si fueran artefactos humanos-- de que están siendo producidos en masa. ¿Pero, sería posible en un mundo tan que se ha hecho tan chico como éste que operase escondida una industria de escala tan grande sin ser descubierta?. Y, además se tiene evidencias de prensa sobre avistamientos y aterrizajes de naves voladoras estilo Julio Verne tripuladas por seres humanos en los años del 1880. ¿De dónde salieron?. Si todo esto fuera verdad habría que revisar toda la historia política, científica y tecnológica de nuestra civilización desde el siglo XV en adelante.
El ingrediente paranormal en los contactos y los elementos oníricos que se advierte en las declaraciones de protagonistas y testigos de tales contactos introduce cuestiones que favorececen, al menos en parte, las teorías sobre proyección de contenidos arquetípicos inconscientes de las que fuera pionero el psicoanalista Carl Jung. De una parte, investigadores de seriedad reputada como Jacques Vallée y John Keel nos hacen notar una simetría notable entre las historias de los contactados y los testimonios de los folkloristas que se ocupan de historias de duendes, de hadas y de otros personajes de los imaginarios históricos. De otra parte sucede que los testimonios iconográficos y arqueológicos de nuestro pasado proveen un testimonio iconográfico muy abundante con representaciones de platillos voladores --algunos tripulados, y algunas de sorprendente precisión-- que aparecen en el temprano neolítico y se reproducen todavía hasta fines del siglo XVIII en el arte religioso de muchas culturas. La fenomenología parasíquica, el onirismo de los contactos y encuentros, la inconsistencia, falsedad y aun absurdo de mensajes, que contradicen la realidad y la lógica, levanta sobre todo el asunto la sospecha de que pudiera tratarse de fenómenos de naturaleza psicocultural que hubieran pasado hasta hoy por desapercibidos a los especialistas de la antropología, la etnografía, la historia y la arqueología. O eventualmente de productos de una manipulación en gran escala sobre la potencialidad de esos fenómenos.
Una hipótesis nueva, aparentemente la más absurda de todas ha sido propuesta en tiempos recientes. La de los viajes intertemporales e interdimensionales.¿Son teóricamente posibles?. Hawkins lo confirmó con sus cálculos hace unos cuantos años apenas. Experimentación reciente sobre transporte instantáneo de partículas, desplazamiento de partículas de uno a otro universo físico, aceleramiento y congelación temporal de la luz, ha llegado a desmentir en el laboratorio las limitaciones teóricas impuestas hace medio siglo por la relatividad de Einstein. La velocidad de la luz los límites que se le atribuyó y, de otra parte, puede ser detenida; existe la posibilidad experimental y teórica de universos paralelos al nuestro; la geometría del espacio no responde a los modelos de Lobachevsky y de Riemann que privilegió Albert Einstein. Pero ¿significa eso que estamos verdaderamente siendo visitados por navegantes del futuro o de universos paralelos?. ¿Explicaría eso todas las ambigüedades y contradicciones que presenta el fenómeno?. Acertada o desacertada una hipótesis como ésta, que resulta imposible de verificar o de falsificar con los instrumentos lógicos y tecnológicos de que se dispone hasta ahora, la investigación del fenómeno OVNI podría resultar siendo la puerta hacia nuevos modelos de la realidad que terminen superando las más delirantes creaciones de los especialistas de la ciencia ficción y de la novela y el cine fantásticos.
Entretanto y luego de medio siglo pasado desde el encuentro de Kenneth Arnold la polémica no consigue agotarse. En los últimos tiempos la hipótesis extraterrestre ha recibido refuerzos. En julio de 1999 una fuente oficiosa del gobierno francés difundió el informe Cometa “Les Ovni Et La Defense: A quoi doit-on se préparer?").El informe favorece la hipótesis. En él se plantea la necesidad de estrategias para el caso eventual de que llegue a ser confirmada y se hace un llamado a las elites nacionales e internacionales para que se mantengan en una actitud de “vigilancia crítica”. En una inesperada declaración televisiva del mes de marzo pasado el astronauta John Glenn, senador de los Estados Unidos, reconoció la presencia de visitantes extraterrestres en el sistema solar. Edgard Mitchell y Edgard Cooper habían ya hecho declaraciones semejantes en los últimos años.
Mientras tanto, con el aumento del tráfico UFO en diferentes regiones, el problema rebasa los límites de la ufología teórica y el interés por contactos con otros planetas o mundos alternos. En noviembre del año pasado un informe elaborado por un investigador de la NASA, Richard Haynes, reveló que se ha producido hasta hoy, en Estados Unidos, no menos de cien encuentros cercanos entre OVNIs y aviones militares, comerciales y privados en circunstancias distintas. Casos de particular relevancia fueron los del asedio de la base de Edwards por una docena de OVNIs en 1965. Una escuadrilla de F-16 debieron salir a su encuentro. El de un Lear Jet 23 en ruta a Las Vegas, procedente de Houston que fue asaltado en 1967 por un grupo de OVNIs que se lanzaron sobre él en formación cerrada, el de un Piper-Twin Commanche PA-30 (N7942Y) que en esa misma época volaba de Opa-Locka hacia Morristown y que tuvo que enfrentarse a un OVNI que se lanzo directamente sobre él. Trató de evitarlo pero fue perseguido un buen trecho. En julio de 1999 los OVNIs obstaculizaron un lanzamiento en Cape Kennedy poniendo la lanzadera en peligro.En un número significativo de casos los pasajeros sufrieron lesiones por causa de la brusquedad de la maniobra evasiva que la situación imponía. En cada uno de estos encuentros estuvo a punto de producirse un accidente fatal. El informe define como peligros de mayor importancia las posibilidades de choque y maniobras riesgosas, las alteraciones electromagnéticas que afectan los sistemas de navegación, de guia y de vuelo y las distracciones que causan al personal de vuelo impidiendo el manejo seguro. Como consecuencia de la multiplicación de éste tipo de informes (Richard Haynes: "Aviation Safety in America -- A Previously Neglected Factor”) se ha conformado el National Aviation Reporting Center on Anomalous Phenomena.
De su parte, el Informe Cometa denuncia “maniobras de intimidación” de las que han sido culpables los OVNIs y dedica especial atención a las “implicaciones aeronáuticas” de esas maniobras haciendo recomendaciones muy detalladas para las tripulaciones aereas así como para los controladores, ingenieros y meteorólogos. “Maniobras de intimidación” han sido denunciadas por muchos gobiernos, entre ellos los de España, Bélgica, Irán, Chile, Argentina y otros desde 1990.
Atención los pilotos peruanos. Prepararse y mantenerse en alerta para el caso de encuentros.
In January 2002, Agence France Presse reported that a Siberian airport was shut for 11/2 hours while a luminescent unidentified flying object hovered above its runway. While flying over Lake Michigan in 1981, TWA Capt. Phil Schultz saw a "large, round, silver metal object" with dark portholes equally spaced around the circumference that "descended into the atmosphere from above," according to his hand-written report. Schultz and his first officer braced themselves for a mid-air collision; the object suddenly made a high-speed turn and departed. Japan Airlines 747 Capt. Kenju Terauchi reported a spectacular prolonged encounter over Alaska in 1986. In 1997, a Swissair Boeing 747 over Long Island just missed a glowing, white, cylindrical object speeding toward the plane. Flying at FL410 to the NW just beyond jetway J-86 which ended at El Paso, the pilot, Carl M., filed for a direct flight to Winslow (AZ) on a heading of 300 degrees. He was delivering the new aircraft to its owner. An unnamed FO was also on board and saw the UAP which kept pace with the jet off its left-hand side for 29 minutes. Their airspeed was 300 kts. (Mach 0.82). the night from 18 till 19 September 1976 Teheran. Lakenhead brit´çanico 1956.RB-47 americano 1957.Disco de 100 a 200 metros diametro Rusia Pereslavl-Zalesski's region, east of Moscow 1990. Barilochre 1995....
James M. McCampbell
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