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La realidad urbana en que vivimos ha empequeñecido el mundo y lo ha estrechado. El cielo, el infierno, la naturaleza, el héroe y sus pruebas, los silfos, las hadas,... Todo eso fue sacado y relegado a un más allá de la civilización, de la ciudad, tachándolo de primitivismo. Aquellos que siguieron creyendo en tales realidades y sus herederos no han tenido por menos que aceptar ser los nuevos bárbaros. Pero he aquí que ese mundo bárbaro pugna ahora por volver y se levanta arremetiendo contra los valores y el estilo de la urbe, a la que conciben como el virus que hay que matar o destruir culturalmente. Nuestra época parece ser, por ello, una nueva edad de frontera: un tránsito hacia tiempos nuevos, cargado de signos apocalípticos. Veamos cómo nos lo anuncia la literatura fantástica, los movimientos marginales de la urbe y las apariciones de lo misterioso. Es el tiempo de la postmodernidad.
”Si el mundo moderno consiguiera demostrar que lo fantástico es un capricho de la mente, desligada de la verdad, habría conseguido derrotar a esta literatura. Pero... ¿lograron acaso vencer los troyanos a los aqueos aceptando, dentro de los muros de la ciudad de Troya, el Caballo de madera imaginado por Ulises? Aquel ingenio, en cambio, demostró ser el portador de una cruda realidad. El “Caballo de Troya” llevaba dentro los gérmenes de la destrucción de la ciudad. Así es la literatura fantástica, aparentemente falsa, pero que en su vientre atesora la verdad dura y esperada, según el bando en el que cada uno se encuentra. Y ya es tarde para sacarla fuera, es tarde para que prenda la alarma, pues los habitantes de la urbe están —cercana ya la noche— demasiado despreocupados y con escasísima vigilancia, preparando la nueva era de la ociosidad absoluta, de la fiesta sin entraña, de la servidumbre del placer indomado: la última etapa de la decadencia que precede al derrumbe... y a la instauración de lo nuevo”.
”Como corriente de opinión colectiva, la literatura de Ciencia-Ficción es un fenómeno de creación reciente. Ha comenzado, casi, con el inicio del presente siglo. Y lejos de irse apagando, ha venido ganando adeptos, hasta convertirse en una de las literaturas más leídas. Ello, en sí, no deja de ser importante, pero dicha importancia adquiere un verdadero peso cultural, cuando descubrimos que aquello que se encubre en simples novelas posee toda una carga de elementos transformadores. La Ciencia-Ficción, oculta, en efecto, una auténtica revolución. Veamos en qué consiste y qué alcance tiene”.
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